domingo, 26 de agosto de 2007

A través del agujero de gusano.


Nuestras decisiones son los agujeros de gusano de la manzana. O del tiempo. Partiendo de un punto elegimos entre la bifurcación de varios caminos que al final nos hace caer en la cara verde o roja de la fruta. El color de la escalera de salida depende de la madurez de la elección, de las semillas que obstaculicen el avance, de la carnosidad o dureza de la pared a atravesar, o simplemente de la jodienda del destino.

Yo me lancé por un agujero persiguiendo un conejo a través de un sendero de maravillas sin medir las consecuencias. Ya se sabe, era joven. El viaje en común nos convirtió en amigos que compartieron pastas y azúcar los días de no-cumpleaños. Después, el tiempo y no los brebajes mágicos me creció en mujer y a él le mutó en gusano.

Por eso recalé en el lado rojo de la madriguera, por perseguir conejos que se convierten en gusanos. Y aquí pienso quedarme a compartir historias o cortar cabezas. Si te soy sincera, no debería quejarme; no está tan mal, otras besan sapos.

Imagen :: Alicia